El caballo árabe es una de las especies más antiguas y reconocidas de entre las distintas razas de caballos. Originarios de Oriente Medio, se calcula que hace unos 4500 millones de años que habitan la Tierra, y en este momento se encuentran esparcidos por todo el mundo, debido especialmente a factores como las guerras o el comercio.
El caballo árabe tiene fama de poseer una gran inteligencia, así como también de ser extraordinariamente fuerte. Sus extremidades tienen una gran fortaleza, con unos buenos cascos y unos huesos muy densos.
Se caracteriza por su cabeza, que tiene la forma parecida a la de una cuña, y por su perfil, que en la mayoría de ejemplares es cóncavo. Tiene ojos y fosas nasales grandes, mientras que el hocico es más bien pequeño, y posee una frente despejada. Otra de sus características la constituye su cola, que siempre tienen en alto, y que puede levantar debido a que le falta la última vértebra.
El caballo árabe tiene como promedio una altura que oscila entre 1’43 y 1’53 metros. Son veloces y ágiles, y tienen muy buena relación con el hombre, poseyendo además un carácter muy activo.
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