De entre las muchas razas que existen de caballos, una de las más conocidas es la de los caballos percherones.
El caballo percherón tiene su origen en Francia, y más concretamente en la provincia de Le Perche, que se ubica junto a la de Normandía y de la cual recibe su nombre el animal. Además, los expertos creen que el percherón seguramente tuvo en algún momento de la historia algún parentesco con el caballo árabe.
Se trata de un caballo que destaca por su fuerza y belleza, virtudes que le eran reconocidas ya en la época de las Cruzadas, y que le llevaron a convertirse en poco tiempo en el caballo preferido por los granjeros de Estados Unidos.
El caballo, cuya fuerza le permite arrastrar un peso de varias toneladas, destaca por su musculosa espalda y sus patas, también musculosas pero cortas. El pecho es ancho, así como la grupa, y su cola se caracteriza por encontrarse insertada muy para arriba.
La cabeza del percherón es alargada, con una frente ancha y unos ojos muy grandes. En cuanto a las orejas, son cortas e inclinadas hacia adelante.
El pelaje suele tener tonos castaños, tordos, grises o negros, siendo el negro azabache uno de los más apreciados. La cola y las crines están dotadas de pelo en abundancia.
Los caballos percherones tienen, como promedio, un peso que puede oscilar mucho, entre los 500 y los 1200 kilos, ya que hay una especie que es considerablemente más pequeña que la otra. En cuanto a su altura, los más pequeños miden entre 1’50 y 1’65 cm, mientras que los grandes alcanzan unas medidas entre 1’65 y 1’80 metros.
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