La foca blanca es una de las especies en que se divide dicho animal, y es conocida también como “foca pía”, siendo su nombre científico el de “pagophilus groenlandicus”.
Esta especie de foca ha encontrado su hábitat en las gélidas zonas del Océano Glaciar Ártico y del Océano Atlántico Norte.
Los machos adultos pertenecientes a esta especie tienen como promedio un peso que oscila entre los 140 y los 190 kilos, y una longitud de entre 1’70 y 2 metros, siendo las hembras ligeramente más pequeñas. En cuanto a las crías, nacen con unos 10 kilos de peso, aunque aumentan de manera muy rápida, teniendo en cuenta que a los 12 días ya suelen alcanzar los 30 kilos.
La foca blanca tiene una esperanza de vida de 35 años, y, a pesar de su nombre, sólo es de color blanco durante los 12 primeros días de su vida, tornándose posteriormente de color gris plateado, con una mancha negra en la espalda, siendo también su cara de color negro.
Se calcula que existen unos 8 millones de focas blancas, aunque dicha población irá descendiendo, sin ninguna duda, ante las tristemente famosas cazas de focas que suelen darse en puntos como Canadá o la isla de Terranova, propiciadas por la codicia de hacerse con sus atractivas pieles.
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