No hay ninguna duda de que el cocodrilo es uno de los animales más peligrosos de los que habitan este planeta, y, en consecuencia, uno de los más temidos por el ser humano.
El hombre siempre ha visto a este reptil como una amenaza mortal, y nadie en su sano juicio se acercaría alegremente a él ni se atrevería a cualquier amago de caricia, ya que cualquiera es consciente de que con tales actos se juega la vida o, como mínimo, alguna extremidad.
Aprovechando este temor que los humanos sentimos hacia este animal de siniestra apariencia, durante la década de los 80 y de los 90 del pasado siglo, así como durante los primeros años del nuevo milenio, son muchas las películas que se han hecho en las que el protagonista principal era un cocodrilo, las cuales hemos de reconocer que no han contribuido precisamente a aliviar el terror que nos inspira el reptil.
Al igual que otras películas protagonizadas por distintas especies de animales feroces, se trata de cintas de calidad discutible, la mayoría de ellas sin argumento, y cuyo único “atractivo” es ver cómo el reptil en cuestión acecha a un grupo de personas y las devora una a una.
Entre las muchas películas de cocodrilos que se han proyectado en nuestras pantallas citaremos, a modo de recordatorio, algunas de las más conocidas: “El territorio de la bestia”, “El cocodrilo”, “La bestia bajo el asfalto”, “Killer Cocodrile”, “Dark Age”, “Trampa mortal”, “El cazador de cocodrilos”, “Cocodrilos asesinos” o “Cocodrilo, un asesino en serie”, entre otros muchos títulos.
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