Los estornudos son actos reflejos que constan de dos fases. En la primera de ellas tiene lugar una larga inspiración, mientras que en la segunda se produce una expiración, que suele ser ruidosa y muchas veces violenta.
Aunque la nariz filtra el aire que respiramos, a veces por diversas circunstancias no consigue hacerlo, y, con el objetivo de que el aire llegue puro a nuestros pulmones, pone en marcha el proceso de expulsar la suciedad que está penetrando en nuestro cuerpo al respirar, haciéndolo a través del estornudo. Ello suele ocurrir no sólo cuando el aire no está lo suficientemente limpio, sino también en otros casos como cuando en nuestra mucosidad nasal hay un exceso de bacterias, lo cual sucede cuando estamos resfriados. También suele ocurrir cuando se sufre alguna reacción alérgica.
En estos casos, los estornudos se originan cuando la capa de células que cubren la nariz sufren una irritación, debido al agente externo de que se trate. En este momento da la orden al cerebro con el objetivo de que éste expulse la sustancia extraña que está entrando dentro de nuestro organismo, lo cual hace estornudando.
El estornudo pues es en realidad un mecanismo de defensa de nuestro sistema respiratorio, gracias al cual nuestro organismo expulsa las sustancias extrañas que penetran en nuestro organismo, y que podrían resultar muchas veces perjudiciales para nuestra salud.
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