Se supone que si dormimos las horas necesarias deberíamos levantarnos descansados y activos, listos para afrontar las tareas diarias. Sin embargo, son muchas las personas que dicen levantarse cansadas y sin ánimos, sin energía y con sueño, el cual les acompaña en muchos casos durante todo el día. Y ello, a pesar de haber dormido las horas que el organismo precisa para reponer fuerzas.
Este problema tiene su origen en el hecho de no haber tenido un sueño reparador y profundo. Ello se puede deber a distintas razones, como al hecho de dormir rodeados de ruidos, lo cual hace que nos despertemos a menudo durante la noche, pese a que puede ser que al día siguiente no lo recordemos. Si nos dormimos con la radio o televisión encendidas, puede ocurrir lo mismo y estar en ello el origen de nuestro cansancio.
Si nos acostamos llenos de preocupaciones y estresados lo más probable es que tampoco consigamos disfrutar de un sueño reparador. Como tampoco lo haremos si por la noche no tenemos la temperatura adecuada y sufrimos frío o calor.
Existen también dolencias o enfermedades que influyen en que no tengamos un descanso correcto, como las obstrucciones nasales, los problemas cardíacos o la obesidad.
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